Tú, tal y como eres.

Vivimos en un mundo de falsedad, de mentiras, de personas que adoptan personalidades que no son las suyas para gustar a otras personas. ¿Por qué? Eso es lo que me he preguntado hoy. ¿Por qué la gente se hace pasar por quien no es? ¿Acaso creen que son tan patéticos que no gustarán a nadie siendo ellos mismos? ¿Por qué se mienten, y les mienten a los demás? Cuento con el orgullo de poder decir que no soy una de esas personas. Nunca me he avergonzado de nada, nunca he seguido una moda sólo porque todo el mundo lo hace. Nunca me he dejado llevar por la corriente. Siempre he sido como soy, he llevado la ropa que me gusta, los collares que me gustan, las combinaciones de colores que me gustan, las uñas pintadas de los colores que me gustan, los bolsos que me gustan. Nunca he hecho caso cuando una amiga me ha sugerido algo si no me ha gustado. Soy quien soy, no hay nadie que me pueda cambiar. Pero esa no es la cuestión. La cuestión es ser quien eres, vestir como quieras, salir a la calle y que no te importe en absoluto lo que diga el mundo porque tú te sientes bien así. Pongamos un ejemplo muy claro. Cada día llevo dos colgantes, siempre, no hay día que falle: un llamador de ángeles y un elefante marrón de la India. Al principio la gente me preguntaba por qué lo llevaba siempre. Me decían por qué, por qué, por qué. Yo estaba (y estoy) enamorada de mis dos colgantes. Jamás respondí a sus preguntas. Al final dejaron de preguntar. ¿Y sabéis qué es lo que me dicen hoy, y con total sinceridad? "Elizabeth, me encantan tus colgantes" o "Elizabeth, creo que tus colgantes me dan suerte" o "Elizabeth, amo a tu elefante". Cualquier cosa. El caso es que la gente te acepta como eres. No importa si eres feo, guapo, alto, bajo, negro, blanco, gordo, delgado, no importa. Eso es lo de menos. Pero seas como seas, ponle estilo, dale tu toque personal. Como yo, que mido 1'57. Al principio me afligía ser bajita. Quería crecer y ser como una torre. Quería poder caminar por encima de mis amigas. ¿Pero sabéis qué? Aprendí a aceptarme como soy, y ahora ser bajita es lo mejor del mundo. Tiene sus ventajas. Primero de todo, y como dice siempre mi madre: los mejores perfumes vienen en envases pequeños (no es que yo me crea un perfume bueno :D). Segundo: siempre puedes esconderte detrás de los altos cuando juegas a básquet o balóntiro. Tercero: los bajitos son más guapos y todo les queda bien :) (esto me lo he inventado, pero en fin, hay que tener autoestima, ¿no?). Y cuarto: los bajitos son pequeños pero matones. Por eso me quiero tal y como soy.
Haced lo mismo. Sed vosotros mismos, tirad la opinión de los demás a la basura, al fondo del océano, en cualquier sitio donde no os moleste. Que nada os cambie, ni una persona, ni un determinado grupo, ni una moda. Porque tal y como sois, sois perfectos :)