Perfectamente imperfecta

No soy perfecta, soy todo lo contrario. Es más, soy imperfectísima. No tengo el pelo rubio y siempre peinado, ni llevo jerseis de color rosa pastel o vestidos con estampados de flores. En vez de pintarme las uñas de color cereza o transparente, me las muerdo. No sé contenerme, me gusta decir palabrotas cuando alguien me hace enfadar. No soy la típica chica popular, pero tengo a mis amigas, que para mí son suficiente. No soy la chica que habla y se divierte con todo el mundo, soy aquella que se sienta a leer un libro en un rincón. No tengo una voz bonita y musical, más bien un poco grave y ronca. No siempre visto bien y estoy perfecta, a veces llevo camisetas enormes y pantalones rotos. No toco el violín o el piano, toco la guitarra. No soy esa chica que siempre tiene una solución para todo, nunca cuentes conmigo, porque mi cabeza siempre está en las nubes. Soy la chica que garabatea dibujos en el cuaderno de clase. Soy la chica que ensaya su autógrafo en los libros de clase porque se prepara para cuando algún día sea famosa. Soy la chica que combina negro y marrón porque no tiene miedo de lo que puedan decir los demás. Soy aquella que se ríe escandalosamente cuando algo le hace gracia, aquella que simplemente no tiene miedo, que se lanza, que no pierde oportunidades, que pregunta: "¿Me quieres?" aunque ya sabe que la respuesta es "No". Soy esa chica que finge tener un corazón de acero simplemente porque no quiere que se lo rompan más. Soy la de los chistes malos. A la que le gustan las verduras y odia los reptiles. Soy la chica que deja que el viento juegue con su pelo. Soy esa chica que piensa las 24h del día en ti. Sí, puede que no sea la chica perfecta, pero hay algo de lo que puedes estar seguro: soy la que más te ha querido.